Son muchas las imagenes que ví con encanto, y muy pocas las que he sabido absorver la belleza de ese momento con mi máquina. Si lo hiciese muy bien, ya sabría a que dedicarme. Pero de momento nos conformamos con arrancar en forma de visión digital una pequeña parte de la belleza que contienen ciertas imagenes.Como para hacerse una idea, oiga.
Montañas, montañas, curvas y curvas, aumenté musculatura de tantas veces que llegué a girar el volante en nuestro periplo por el Atlas. Eso si que son carreteras y no las mariconadas de autovías que se llevan tanto por las Europas.
Ya falta menos para que este Marruecos se nos una al conjunto de países desarrollados, pero todavía hay detalles, imagenes de otra época, que nos devuelven a otro siglo.
Pero mientras esperamos que el dinero estropee el encanto marroquí, nos aprovechamos de lo que podemos, y observamos otra forma de vivir, de pensar, una cultura ancestral.
Os dejo hasta la próxima entrega e última de marruecos, classic rustic.
Agures, yogures!.
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